viernes, 6 de octubre de 2017

Bajo el Agua

Ariane observó con curiosidad el fondo marino, buscando con insistencia la gruta de la que tanto le había hablado su compañera. Sabía que no debían adentrarse en esa zona, sus padres se lo repetían una y otra vez. Tanto, que habían dejado de escucharles.
Un pinchazo de arrepentimiento le atravesó el pecho al vislumbrar la sombra oscura y deforme de la bestia marina, agazapada en un rincón del profundo arrecife. Pero estaba demasiado cerca, no había llegado tan lejos sólo para rendirse ahora.
Echó un ligero vistazo a su espalda, asegurándose de que nadie la había seguido, y movió con fuerza la cola para impulsarse unos metros más.

—¡Ariane!—Tronó una voz tras ella.—Te he dicho mil veces que no te acerques a la depuradora mientras está en marcha. ¡Sal ahora mismo de la piscina!

sábado, 21 de mayo de 2016

Desde Enero de 2015

No había tenido que entrar aquí.
Estoy tan liada con el libro que apenas dedico tiempo a escribir otras cosas, aunque reconozco que este blog nunca ha dejado de estar entre los marcadores principales de mi navegador.
Demasiados años con él, no quiero eliminarlo después de tanto tiempo. Y lo cierto es que viene muy bien para venir de vez en cuando y ver de primera mano el progreso desde que empecé a escribir.
Si a alguno le llegan todavía las notificaciones de este blog, quizá quiera entrar al wordpress que hice para la novela. Al menos ese lo actualizo todos los Domingos, avanzando poco a poco con la historia. Además, me haría ilusión, para que negarlo.
También estoy subiendo cosas a la plataforma de Wattpad. Es otra forma de seguir escribiendo, aunque he de reconocer que todo funciona mucho más lento. Al menos por mi parte.

Pero bueno, que divago. Pasará mucho tiempo antes de que vuelva a retomar las actualizaciones periódicas en este blog, si es que alguna vez lo hago. Así que si aún tenéis ese extraño deseo de leer las tonterías que escribo de tanto en cuando, ya sabéis donde encontrarme.

Raven.

sábado, 10 de enero de 2015

Esto...

No, no he abandonado el blog.

Bueno, quizá un poco. Pero no del todo, lo prometo.
El caso es que después del fiasco que me llevé con el libro - Para los que no se enteraron de las novedades, no acabó muy bien - dejé de escribir durante un montón de tiempo. Normal, ¿verdad? Ese tipo de cosas al final pasan factura. Pero bueno, tampoco es plan de dejar tus hobbies sólo porque te puteen una vez, así que sigo escribiendo. Poco a poco, pero lo hago.

Y la razón por la que apenas aparezco por aquí después de aquello es que me he embarcado en otro proyecto, esta vez por mi cuenta. En principio solo por aquí, por internet, en un blog propiedad de wordpress - Si le quereis echar un ojo, es EternalSight - Seguirá así durante un tiempo, actualizo todos los domingos por la noche con una nueva parte del capítulo.

Bueno, como presentación a la historia diré que está ambientada en un universo propio, de corte medieval y donde la magia no resulta desconocida. Otros detalles se pueden ver en el propio wordpress, en las pestañas de razas y demás ambientación.
La historia acompaña a Shana, la heredera de un peculiar don que debe embarcarse en un largo viaje para descubrir el alcance de sus poderes y, más importante aún, el lugar de donde procede.


Si queréis saber más, ya sabéis donde clickar.
Y después de haber dicho esto, trataré de pasarme por aquí más a menudo ^^'

domingo, 28 de diciembre de 2014

Lecturas frustradas

Sé que hace muchísimo tiempo que no actualizo este blog, y lo cierto es que entre estudios y otros proyectos lo he dejado bastante abandonado. Sin embargo, eso no significa que haya dejado de escribir, ni relatos ni las continuas idas de olla que por costumbre se quedan perdidas en las profundidades de mi portátil.

Esta formaría parte de las últimas, por cierto. Pero me pareció lo suficientemente angustiante como para colgarla aquí.

Y es que no se si alguna vez os habéis encontrado con esos libros cuya traducción es tan, pero tan mala, que resulta imposible concentrarse en la lectura. Yo sí, y no es una sensación nueva, pero hacía muchísimo tiempo que mi nivel de frustración no llegaba a estos extremos.

Se habla mucho de la calidad literaria de una novela, de la historia en sí misma, pero muy poca gente se da cuenta del tremendo esfuerzo y empeño que hay que poner para que una traducción sea tan veraz y correcta como para hacer justicia al libro del que parte.

Me explico. Cierto es que para meternos en la historia esta tiene que gustarnos, engancharnos desde el principio, como estos libros que prácticamente NO puedes dejar de leer. De los que piensas a las cuatro de la mañana "va, un capítulo más y me duermo" y cuando vuelves a mirar el reloj son las seis. Pero para conseguir eso también dependes de la forma del texto.

Quiero decir que si te pones a leer tan feliz y encuentras una errata, si no es muy grave puedes pasarla por alto, de hecho es probable que si te está gustando el libro ni siquiera te des cuenta de que está ahí. Pero si te encuentras un error cada dos párrafos, eso ya es otra historia. Y si esos errores influyen en el sentido de la frase y tienes que volver atrás para poder entenderlo todo, pues peor.

Y si, señores y señoras, eso es lo que me ha pasado a mí con el último libro que me he adjudicado. Vale que me salió el pack muy barato, - era una saga -, cuatro libros 25€ - y juro que ahora entiendo por qué los tenían a ese precio - pero maldita sea, ninguna obra, por muy mala que sea - y lo reconozco, no es precisamente una joya - merece que le hagan semejante putada al traducirlo a otro idioma.

Porque hay traducciones malas, de éstas que necesitas un diccionario para poder seguir el hilo de la historia. Y hay traducciones malas unidas a un cuidado pésimo de la edición, que une los errores tipográficos con los errores gramaticales y un montón de otros fallos para construir algo que cualquiera hubiese jurado que no estaba en su idioma.

Si sois tan impacientes como yo, a estas alturas ya estaréis cagándoos en todos mis ancestros por no revelar el título del libro que me ha hecho escribir este tostón de texto. Lo cierto es que a pesar de que la historia es bastante mala, me parece que en gran parte la culpable del estropicio es la traductora de los libros, Eva Nieto Silva, que ha logrado que una saga aburrida y predecible se convierta además en un suicidio literario - Mis pobres córneas me avalan.


Pero bueno, que me voy por las ramas. Las novelas de las que llevo hablando todo este tiempo son, en concreto, las cuatro partes de "Luna de Leyenda", una obra alemana que definitivamente no recomendaría a ningún amante de la fantasía - o de la lectura en general.

martes, 9 de julio de 2013

Empresa familiar

Eve es la bruja del Bosque Esquivo.
Está intentando tomar el relevo de su abuela Hermenegilda, fallecida hace cosa de un año por atragantamiento con un hueso de rana durante su jornada laboral, lo que dejó el bosque sin bruja y a los aldeanos, confusos, sin saber dónde acudir en los días en que tocaba hoguera y turba furiosa.

Ahora Eve pretende iniciarse en el negocio familiar, aunque por desgracia, aun hace falta tiempo y práctica para que sus hechizos surtan el efecto deseado.

miércoles, 19 de junio de 2013

Génesis

Al principio todo era caos, y el caos cobró conciencia.
Durante eones reinó según su voluntad, y acumuló conocimiento suficiente para llenar el universo. Así, supo que su nombre era Niamh.

Pero en el interior de Niamh, el conocimiento se revolvía, libre y desordenado. Y en el centro de todo ese caos formado por saber y confusión, el orden encontró su lugar.
Porque había nacido del centro del caos, Niamh lo llamó Shonagh, y utilizó su conocimiento y le mostró sus dominios y lo que se encontraba en ellos.

Pero Shonagh era orden, y el orden no podía perdurar en el interior de Niamh. Siempre en conflicto, el caos y el cosmos luchaban por imponer su ley, creando y destruyendo, mientras que la energía pura de la que se alimentaban sus conciencias flotaba libre hacia los confines del universo.

Fue una de estas batallas entre los dos entes supremos la que, provocando una colisión mayor a cualquier otra que hubiese habido hasta el momento, originó la formación de Erin.

Al principio, el planeta no era más que una pequeña esfera de energía con el núcleo candente, tan compacto que casi parecía sólido. Pero Shonagh y Niamh lo vieron, y maravillados por su creación y el poder que guardaba, quisieron conservarlo y hacerlo evolucionar, insuflándole vida con la creación de los elementos.

Shonagh engendró el fuego abrasador, inmutable y poderoso, capaz de abrirse paso a través de cualquier obstáculo que encontrase a su paso. Y para contenerlo en aquel mundo que habían construido, creó la tierra, duradera e imperturbable, preparada para resistir el ímpetu del elemento ígneo.

Por su parte Niamh creó el agua, cambiante y fluida, enemiga natural del fuego, y para sembrar el caos entre los demás elementos, creó el viento. Y en medio de ese caos, los elementos llenaron el mundo, dando forma a los continentes y los océanos, las montañas y los lagos. Dando forma a las Tierras de Erin.
Pero la formación de la tierra generó energía, y la energía es la materia prima del caos. Nacieron así las primeras criaturas que hoy pueblan el mundo.

De la Tierra surgieron las bestias, y de las aguas y los ríos, los peces. El aire se llenó con el suave aleteo de las aves, y el fuego, queriendo presenciar el arte de la creación surgió de las montañas y se expandió por el mundo.
En el centro de Erin, aun ardiente, apareció la chispa de la magia, queriendo tocarlo todo. Y así, junto con el fuego, salió a la superficie e invadió el planeta y a sus criaturas, dando lugar a los Faèricos, para gobernar los bosques, los Anaèmos para reinar en los cielos, los Psariikos para poblar hasta el último rincón de los mares, y finalmente, a los Pyrènikos, para que dominaran al rebelde fuego.

Niamh observaba con deleite lo que por error había creado, y Shonagh, viendo lo que había hecho y que lo había hecho sola, supo que podía mejorarlo, y estudió con interés el planeta para intentar encontrar la clave de aquel fenómeno que llamaron vida.
Tres intentos hizo Shonagh, y con cada uno de ellos concibió una de las razas que hoy día pueblan las Tierras de Erin.

Puesto que la magia era energía que procedía de la voluntad de Niamh, Shonagh decidió forjar a sus criaturas inmunes a ella, y de esa forma evitar la influencia del caos. A sus primeras creaciones las llamó enanos, y les proporcionó conocimiento sobre la tierra y el fuego, para que fuesen duros como la roca y pudiesen manipularla a su potestad.

Pero Niamh vio que eran eternos, y que el fuego les daba fuerza, y la magia no provocaba el ellos cambio alguno. De modo que creó el tiempo, y los hizo envejecer y morir.
Los enanos eran fuertes, pero el tiempo transcurría, y así como eran inmunes a la magia y al manifestar caótico de Niamh, no lo eran a los días, los meses y los años.

Shonagh, desde el infinito, observó lo que era el tiempo, y el efecto que tenía sobre sus criaturas, y comprendió que, haciéndolos inmunes a lo que consideraba el estigma del caos, solo los había hecho vulnerables, más débiles a las intrigas de Niamh.
De forma que Shonagh, habiendo aprendido de todo aquello, utilizó sus conocimientos sobre el universo y sobre el caos, y con todo ello, creó a los humanos.

El agua erosionó la tierra que les daba forma, el fuego la transformó en carne, y el viento les insufló la vida que haría latir sus pechos.
Los creó ignorantes, vacíos de todo conocimiento, como campos vírgenes a la espera de que el mundo los instruyera a voluntad. Viendo que a los seres mágicos que Niamh había creado no les afectaba el tiempo, Shonagh decidió otorgarles la capacidad para manipular la energía generada por el caos, y por lo tanto, la capacidad de hacer magia.

Pero Niamh era antigua y sabia, y sus conocimientos habían crecido en el transcurso de las eras. Supo que eran vulnerables, y utilizando su poder, proporcionó a los humanos sus sentimientos. Les dio el amor y el odio, la ira, la envidia y la avaricia, la pereza, la lujuria y el orgullo, tornándolos tan volubles como el caos que manipulaban.

Shonagh vio lo que había sido de sus criaturas, y reconociendo su error, quiso intentarlo de nuevo.
En crear a esos nuevos seres tardó siglos, que ocupó en observar las tierras de Erin y a sus habitantes. Los longevos enanos, con su fuerza y su amor por la tierra y la roca, creando tesoros a partir de los minerales más extraños que podían encontrar. Y los humanos, ávidos del conocimiento que les había sido negado, evolucionando con lentitud, multiplicándose y poblando el continente al completo.

Cuando creyó Shonagh que por fin estaba preparado, de su orden interior creó a los elfos. Creó sólo a cuatro parejas, macho y hembra, otorgando a cada una conocimientos sobre un elemento concreto. Les dio capacidad para comunicarse entre ellos, permitiendo que aprendieran los unos de los otros y formaran un pueblo unido que no se distanciara por guerras ni disputas.
Los hizo mágicos en sí mismos, pero sin capacidad para manipular el caos, de forma que Niamh tampoco pudiera manipularles a ellos. Permitió que el tiempo alterara sus vidas, pero de forma tan leve, tan sutil, que fuese apenas perceptible para cualquier otro ser mortal.

Creó a la criatura perfecta.
Y entonces llegó Niamh, y les dio libre albedrío.

sábado, 20 de abril de 2013

La bruja de los pantanos


Su familia llevaba viviendo en los pantanos durante décadas.
Se dejaban ver poco por los aldeanos, a los que solo visitaban las ocasiones justas para proveerse de los enseres que no podían procurarse ellas mismas.

Vivir alejadas de la comunidad las convertía en extrañas, tanto para los lugareños como para los forasteros que de vez en cuando lograban atravesar las engañosas tierras para llegar a los pueblos pesqueros asentados allí.

Los rumores y habladurías hablaban de mujeres ermitañas con extrañas costumbres, de cultos extraños, de brujas.
Al menos, lo último era cierto.

La información que tenía acerca de su familia también era escasa. Lo que había llegado hasta ella estaba mal relatado, y probablemente distorsionado por siglos de relatos, leyendas y fanfarronadas.

Lo poco que había sacado en limpio hablaba de un antepasado suyo, muy anterior a instalarse en los pantanos de Rahasqa. Lo que no le quedaba muy claro era si se trataba de un hombre o una mujer. Le gustaba pensar que era lo último.

Fue ese antepasado suyo, el que, años atrás, había hecho un pacto con un Fata. O se había follado a un Fata. O ambas cosas. Ni su madre ni los libros se ponían de acuerdo en ese aspecto.

Pero aquello había creado un linaje de brujas, un linaje que se extendía hasta ella. Su madre le había dicho que desde que las memorias recordaban, todos sus antepasados eran mujeres. Mujeres que nacían de mujeres que nacían de mujeres. Los hombres eran pasajeros. Igual que su padre.

Reena no tenía la menor idea de la identidad de su progenitor, y no tenía ni un ápice de curiosidad por averiguarla. Su madre nunca le había hablado de él, y ella nunca le había preguntado. Lo único que sabía de él era que se trataba de un humano, dada la ausencia de rasgos de otras razas en su físico.

Solo había habido un hombre cercano a ella en su vida, el único amigo que había tenido nunca. Guardaba aún recuerdos de cuando era niña, y jugaba con su hermano entre las enormes hojas que surgían de la maleza mientras su madre pescaba o se acercaba al pueblo para visitar a los mercaderes.

La había visto aprender a andar, y enseñado a usar su primer cuchillo, estaba delante la primera vez que se manifestaron sus poderes, y también en su primer accidente, cuando casi hace explotar la caravana de un comerciante local que pasaba cerca de la cabaña.

Pero Nièll se había marchado con once años, cuando ella sólo tenía siete, y aunque al principio se había escabullido hasta la aldea de pescadores para visitarle de vez en cuando, pronto sus entrenamientos con la magia y sus quehaceres en casa la habían impedido volver.

Su hermano encontró una nueva familia, y, según tenía entendido, había llegado a capitán de la guardia con tan solo veinte años. Hacía tanto tiempo que no le veía que dudaba poder reconocerle si se lo encontraba frente a frente en aquel momento.

Pasó años entre el aprendizaje de las artes arcanas, la alquimia y las artes de la caza y la pesca, indispensables para poder sobrevivir en el pantano. Durante todo ese tiempo permaneció sola con su madre, estudiando, cazando y comerciando esporádicamente con aldeanos de los pueblos cercanos a cambio de  los pocos enseres que no podían procurarse ellas mismas.

Fueron años tranquilos, a pesar de todo. Ningún cazador se acercaba demasiado a sus tierras, y ellas no salían del pantano excepto una o dos veces al año, para vender género en la ciudad más cercana. Jamás habían tenido problemas. Hasta el día de su decimosexto cumpleaños.

Aquella noche la despertó un calor asfixiante dentro de la cabaña. Estaba todo lleno de humo, y apenas podía respirar o ver con claridad. A su lado, su madre yacía inconsciente, tendida en su lecho.

No tenía la menor idea de cómo se había iniciado el fuego, pero se había extendido tanto que apenas podía vislumbrar la puerta a través de las llamas. Con esfuerzo, logró sujetar a su madre por los brazos, arrastrándola a través de los escombros y las cenizas hasta llegar a la salida.

Agotada por el esfuerzo, se dejó caer de rodillas ante las ruinas llameantes de lo que hasta entonces había sido su hogar. Notó un golpe seco y lacerante en la nuca, justo debajo de la base del cráneo.
Luego, todo se volvió negro.