El nuevo jardín del Edén
- No, no es cierto.
- ¿A quien vas a creer?.- La niña de 9 años se había cruzado de brazos indignada.- Siempre has sabido que te ocultó algo. Además.- Añadió con gesto orgulloso.- Soy tu mejor amiga.
Alba suspiró. Aquella pequeña cromática se había juntado a su grupo hacía unas semanas, cuando uno de los rateros la había sorprendido tratando de robar comida en la casa común. Desde entonces no se separaba de ella.
- Eres una cría. Ni siquiera sabes lo que significa.- Sabía que estaba diciendo una gran mentira.
- Bah!.- Decididamente, aquel comentario la había molestado.- Dí lo que quieras. Pero si yo te digo que tienes color de quimera es por que lo eres y punto.
Puso los ojos en blanco, tratando de restar importancia a la informacion que le daba Aurea.
Aurea. La habían llamado así por su increíble capacidad ara leer y distinguir los tipos de aura de la gente, así como sus colores. Y solo tenía nueve años.
- Está bien, tu ganas. Pero eso no significa nada.
- ¿Como que no? Vamos, vete a preguntarle. Seguro que tienes miedo. y por eso no le dices nada.
Frunció el ceño, mordiendose el labio inferior. ¿Por que le admitía semejantes estupideces a aquella niñata?
- Tal vez porque sabes que tiene razón.
Se giró, a punto de gritar una palabrota, pero solo logró rechinar los dientes en disgusto ante el nuevo integrante de la conversación.
- Genial.- Masculló de mala gana.
- No te conviene un oyente, ¿Verdad?.- La risa del joven resonó en sus oídos.
-¿Que haces aquí?.- Preguntó mordaz, recordando mentalmente a la chiquilla de pelo rizado tras la que le había visto aquellos últimos días.-¿Acaso te han dado calabazas?
- Bingo!.- La vocecilla de Aurea se dejó oír desde el sillón.
- Tú cállate.
- Tu aura se ha puesto verde. Eva tiene razón.
- No me llames Eva.- Gruñó la aludida.
- Es una quimera.- Explico la niña con brevedad.- Puedo verlo a su alrededor.
- Ya...- El muchacho se rascó la barbilla pensativo.- Eso explica porque Sheeva no quiso decirte todo lo que podía leer en ti, ¿Verdad?
- No.Soy.Una.Quimera.- Replicó remarcando cada una de las palabras.- Iros a las mierda si os vais a poner de acuerdo los dos.
Refunfuñando y pegando una patada tontamente a la pared, salió del pequeño cuarto dando un portazo.
- Leek, ¿Crees que irá a ver a Sheeva?
- La llamó hace unos días. Quería contarselo todo.
Carta abierta a tercero de la Eso
Hace 5 años
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